PLÁCIDO DOMINGO: COLOSAL. VIRGINIA TOLA: MARAVILLOSA
El concierto que este 24 de marzo realizaron en el Obelisco el tenor y director orquestal Plácido Domingo (70) y la soprano argentina, nacida en Santa Fe, Virginia Tola (35), fue soberbio.
Tuvo dos partes: la primera, dedicada a grandes fragmentos de la lírica que incluyó participaciones individuales y a dúo de ambos intérpretes acompañados por músicos de la estable del Colón y de la filarmónica de Bs. Aires, reunidos bajo el título de Fundación Beethoven. Cantó además el notable Coro Estable del Teatro Colón, uno de los de mayor envergadura del mundo. La segunda parte fue dedicada a temas populares, terminando con dos clásicos: Granada, en la voz de Domingo, y a dúo El día que me Quieras. Hubo cerradas ovaciones de los más de 150,000 presentes que ocuparon la avenida 9 de julio desde el Obelisco hacia av. Santa Fe y en las calles laterales, apiñados, quietos, siguiendo con el alma cada suspiro de Plácido Domingo. El broche de la noche fueron los dos nietos del artista español de la mano de su abuelo y de Virginia Tola, quien canta junto a Domingo desde el 2008.
La televisación completa corrió por C5N y TN. Hubo diferencias notables de producción. C5N se manejó con planos muy cortos y el sonido no fue bueno. En el entreacto, el notero se dedicó a entrevistar a representantes de la burguesía nacional. Gente que tuvo la suerte de que les dieran lugares privilegiados que, supuestamente, debían estar en manos del público. Para eso, debieron habilitar filas de sillas a los costados, como VIP, y no las ubicaciones destinadas al público.Siempre hay "amigos de los poderosos".
En el caso de TN, la ubicación de las cámaras fue inmejorable, y hay que destacarlo, así como el sonido. Además, en vez de perturbar en el entreacto con entrevistas intrascendentes y alejadas de la realidad del argentino común como hizo C5N, pusieron en el aire fragmentos de la primera parte. Esto lo hico C5N luego de ver a la competencia (TN) y de no sacar nada en limpio de sus "amistades sociales", evidentemente emparentadas con estilos de vida que nada tienen que ver con los reales amantes de la música. Alguien dijo por ahí sobre la estupenda Virginia Tola "sí, tiene una interesante voz". Pésima evaluación de una soprano internacional con calidad para cantar en dúo, sola y como "se le cante". Hay que hablar menos cuando solo se conoce la música clásica por las etiquetas de los CD, es decir, no se la ha vivido.
El concierto en sí dio muestras del talento de nuestros músicos profesionales que, con escaso ensayo, sacaron adelante con excelencias todas las obras dispuestas, elegidas, por el maestro Plácido Domingo, bajo la batuta de Eugene Kohn, quien también dirigirá a Andrea Bocelli en GEBA el 31 de marzo próximo. Plácido Domingo abogó por una solución públicamente, aplaudió con énfasis el coro y los músicos, se puso del lado de los artistas y no de la burocracia, los que están en los "bureau"y no entienden qué es ser un artista.
Antes del recital, Domingo fue hasta el Teatro Colón, besó su suelo y cantó para los empleados.
Una muestra de arte, de señoría, de don de gentes, de parte de quien sabe a ciencia cierta dirigir los destinos de los más importantes teatros de música clásica del mundo. Empezó en Sevilla, h oy dirige la orquesta sinfónica de Los Angeles y también tiene la dirección artística de la ópera de Washington. Es decir, sabe de requerimientos salariales (en USA existen las Unions), y sabe de conflictos que nunca han pasado a mayores. Una buena enseñanza para García Caffi y Mauricio Macri quienes deberían pasar una larga temporada en las altas casas de música internacionales antes de jugar a dirigir los destinos de un teatro como el Colón o bien pensar en la presidencia de un país. Si al Colón lo tratan como si fuese una "hacienda", ¿qué harían con el país? No nos cabe duda de que la mentalidad retrógrada anida en los representantes del gobierno de Buenos Aires por lo que hacen: le dieron la espalda a los trabajadores. ¿O habrá aquí un importante enfrentamiento con el gobierno nacional por cuestiones sindicales y los platos rotos los pagan los sindicalistas que representan a los cuerpos estables del Colón? Abajo los burócratas. Que vengan los Plácido Domingo con su talento y generosidad espiritual. Y nuestros profundos deseos de que el señor García Caffi deje los destinos del teatro Colón. Seguir los planos de una construcción con "destrucción" no refleja en nada ningún talento para una dirección artística, al menos para nuestra muy modesta opinión, fundamentada en 80 años de una familia dedicada a la música (por Elsa Bragato).
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